La felicidad, el éxito, el amor… Pueden llegar sin lucha. En su conferencia “La Potencia y el Poder al servicio del Ser” Christian Beyer nos revela estos dos conceptos clave para la realización personal y su relación con las hormonas sexuales y los dientes
Mucha gente se pregunta cómo alcanzar la paz interior, cómo fluir en la vida y cómo saber quiénes somos en realidad detrás de la máscara inconsciente que los traumas y la educación crearon. El camino que Christian Beyer propone en esta conferencia es conectarse a nuestra Potencia y nuestro Poder para dejar atrás un modo de vida de supervivencia anclado en los miedos o los deseos del ego. Así, la felicidad, el éxito, el amor… Llegan no como resultado de una lucha, sino como la expresión del plan que nuestro Ser siempre tuvo para nosotros.
Explica Beyer que “a Dios le llamamos de muchas formas: conciencia universal, fuerza cuántica…, pero los astrofísicos son unánimes, Dios existe. Con la Potencia permites que entre en tu interior”.
¿Y cómo despertar nuestra Potencia? ¿Cómo activar nuestro Poder? El padre de la psiconeurodontología (el nuevo nombre para la descodificación dental), doctor en odontología y también un humanista innovador y un verdadero maestro espiritual, nos lo explica. Pero, ¿qué papel juegan los dientes en esta tarea? Uno muy importante…
“Qué son Potencia y Poder y por qué despertarlos”
La Potencia es una energía de nuestra parte espiritual imprescindible para que se exprese el plan que nuestra alma tiene para nosotros. Esa energía se llena y se queda almacenada de cero a seis años y va a permitir más adelante el despertar de la dimensión espiritual en nuestro interior.
Beyer explica que la Potencia necesita de las hormonas sexuales para que esa energía pueda expresarse al llegar a una edad. Cuando éstas no se despliegan plenamente el inconsciente biológico corta la conexión con esa Potencia, lo que en diferentes grados ocurre en casi todas las personas en nuestra cultura. En un caso extremo, cuando este corte es total, la persona podría verse sumida en la depresión.
Ya la mitología griega habla de esto. Poseidón, “que no es el dios de los océanos sino el dios de la potencia de los océanos”, aclara Beyer, “da el caballo al ser humano, pero este caballo hay que saber domarlo, es por eso que Atenea, la diosa de la sabiduría, le entrega las bridas”. En otras palabras, en los primeros años se recibe esa Potencia pero luego hay que aprender a guiarla con sabiduría.
El establecimiento de esa energía tiene una cronología a lo largo de la vida biológica. Entre el octavo y el vigesimoprimer día del nacimiento ya hay una pequeña expansión de las hormonas sexuales. A los seis años, segundo y más importante despertar de las hormonas sexuales y el niño descubre la autonomía de conciencia. El reservorio de Potencia, ese caballo que nos dio Poseidón, debe entonces empezar a ser domado desde la mente, las bridas que entrega Atenea. “Pero a esa edad llevamos al niño al colegio a que aprenda cosas como la raíz cuadrada de cinco. Cosas que no le van a enseñar realmente lo que es la vida”, explica Beyer.
Entonces llegan los 12 años y se desencadena la maduración plena de las hormonas sexuales, lo que lleva al niño o niña a una nueva etapa: la autonomía de pensamiento. “Entramos en la época en la que el niño le empieza a decir a sus padres que están equivocados, que el mundo no es como ellos lo ven”. Se despierta en el adolescente una sensación de no pertenencia, pero hay que atravesarla para afirmar quién es uno, “y para desplegar quién eres realmente necesitas una combinación de Potencia y de Poder a los que hay que añadirles una cosa: el amor. Pero no el amor de otro sino el tuyo, tu propia capacidad de amar”.
La Potencia puede entenderse también como una energía potencial. “Platón decía que un bloque de mármol contiene la potencia de mil estatuas” explica Christian Beyer. “Con nosotros es igual. Ahora imagina que Dios tiene un sueño para ti, una de esas mil posibilidades. Es en eso en lo que te debes convertir, no en una idealización de tus padres o algo que va a reparar los sufrimientos de su genealogía, una proyección… Ve a buscar quién Dios ha soñado que fueras y cumple su sueño en vez de pedir que Él cumpla el tuyo. Cuando realices esto ya no te faltará nada”.
En cuanto al Poder, puede definirse como la capacidad desde la mente de afirmar con palabras lo que se desea. “Lo que yo hago y lo que yo vivo está en mi mano el poder decidirlo. Yo lo afirmo, ese es mi poder”. Mientras la Potencia se asocia a lo que se conoce en algunas disciplinas como el segundo chakra, en el vientre, el Poder se asociaría al último chakra, en lo alto del cerebro. Este Poder empezaría a los 12 años y se desplegaría totalmente a los 18 años, con la autonomía de elección. Estos conceptos se desarrollan más detalladamente en los tres seminarios presenciales de Beyer ‘El ciclo del espíritu’, iniciados en 2017.
¿Por qué tenemos la Potencia limitada?
La mayoría de las personas no crecen en un entorno que favorezca el desarrollo natural de la conexión con uno mismo, con el elemento cielo, con la dimensión espiritual. Elementos como las memorias traumáticas de nuestra genealogía, las nuestras propias en el útero o en la infancia y convenciones culturales muy alejadas de la concepción de la vida como un viaje de descubrimiento del alma llenan nuestro inconsciente de miedos y carencias que cortan la conexión con la Potencia y acaban dejando el control al ego, “un ego solitario que solo piensa en términos animales, de elecciones para la seguridad o para el placer”.
Pero cuando Beyer habla de espiritualidad no se refiere a ritos, a lo esotérico o a empaparse de cientos de libros. “La verdadera espiritualidad está en la experiencia. Basta ya de buscar a Dios en escritos”, explica, “los escritos son para permitirte encontrar el camino de experimentar, y cuando tengas la experiencia aparece una sinfonía del Ser. Habrás llegado a la evidencia y no necesitarás más palabras”.
Esas memorias traumáticas limitantes se pueden detallar extensamente con conceptos como traición, vergüenza, injusticia, desesperación, frustración, falta de reconocimiento, sumisión, duda… Por ejemplo, una forma entre muchas de cortar el desarrollo natural de hormonas sexuales y por tanto de la Potencia es cuando los padres desean en el bebé el sexo contrario. Hay un mensaje inconsciente como “oh vaya, has nacido chico pero ya tenemos uno, queríamos una chica…”, explica. Se graba la falta de reconocimiento y el individuo crecerá entonces tratando inconscientemente de hacer creer a todos que es una chica o sufriendo por cada pequeña falta de reconocimiento que experimente.
Otro ejemplo sería el caso de una mujer que durante el embarazo ve con frecuencia en el telediario imágenes de las matanzas de Tutsis a manos de Hutus en Ruanda. Es un caso real y Beyer explica que “aunque pasa a miles de kilómetros para el inconsciente es una realidad. El cerebro de la madre le dice de alguna manera al niño que los hombres son capaces de hacer monstruosidades con su Potencia, así que la solución es que los hombres no sean potentes. ¿Y cómo hacerlo? Nada de hormonas sexuales, y el niño creció sin la producción de hormonas sexuales, nada de testosterona. No fue la voluntad la que actuó, fue el inconsciente, y cuando la madre tomó conciencia el chico cambió y un mes más tarde ya tenía testosterona”.
Para las personas que ya han iniciado un camino de conexión con el Ser hay una limitación que puede aparecer a posteriori: conectar con la Potencia produce dolor. “Imagina que durante años nunca has movido la articulación del codo, si alguien te la mueve ese movimiento es algo normal pero tú gritarás de dolor”, aclara Beyer. “Vamos muévelo, es parte de la vida. Así que cuando la energía espiritual se levanta podéis tener dolores, es normal. Lo que hay que hacer es acoger incluso aunque duela”.
“¿Cómo ayuda la psiconeurodontología en este proceso de descubrimiento del alma?”
“La neuropsicología lo reconoce desde hace cinco o diez años: toda emoción desencadena un programa biológico. Es una ley de la vida”, indica Beyer. Entonces una caries es el reflejo de emociones que ocurrieron antes de su aparición”. Una caries puede estar hablando de traición, otra puede hablar de injusticia, otra de desesperación, y así hasta completar el catálogo de sentimientos humanos, de dramas íntimos que pudieron grabarse no solo en la propia vida sino heredarse como memoria inconsciente de los ancestros.
La psiconeurodontología permite entonces recorrer el camino inverso. ¿Qué sufrimiento en el inconsciente llevó a esta alteración biológica? Es acceder al inconsciente a través de los dientes. Los dientes número seis (primer molar) nos hablan de conflictos de Potencia y por ejemplo un diente seis desvitalizado nos puede revelar el rencor del niño que percibe que su nacimiento no era deseado por su madre. Los dientes número siete (segundo molar) se asocian a la individualidad y por lo tanto al Poder, y suelen reaccionar a sufrimientos de sumisión, etc.
Así, la psiconeurodontología es una disciplina privilegiada para sacar a la luz los dramas inconscientes de la persona que son la causa del corte con su dimensión espiritual y de la entrega involuntaria de la dirección de su vida a su ego. La identificación y desactivación de estos sufrimientos permite la plena activación de las hormonas sexuales, la reaparición de la Potencia y con ello se despeja el trayecto hacia la conexión espiritual. Paz interior, claridad de ideas, facilidad para decidir, amor…
Esta conexión con lo que realmente somos nos permite fluir y nos abre las puertas del Cielo en la Tierra al encontrar el camino que la vida siempre esperó de nosotros. Beyer lo expresa con su particular visión poética: “la elección que el espíritu quería hacernos vivir está en nuestro corazón y siempre estuvo ahí. Así que cuando hay una elección por hacer, cerrad los ojos, entrad en el corazón y decid: ‘¿señor qué quieres que haga? ¿Eso? Ok, obedezco’. Y sabéis que, es de una libertad absoluta y una ligereza total, actuar sin actuar… Yo actúo porque Eso quiere que lo haga pero no actúo con el ego. Es una frase del Tao, actuar en el no actuar. Pasé 25 años para entenderla pero no tiene que ser comprendida tiene que ser vivida y cuando la has vivido dices sí… Esto era”.
Fiel a su estilo, Christian Beyer ofrece en su conferencia sobre la Potencia y el Poder también varias perlas en forma de lenguaje: “el ego no es un enemigo, solo es un niño al que no se le ha explicado nada de la verdad”; “el silencio es la más bella música de Dios y en el silencio no está el vacío, está lleno de todas las posibilidades”; “cierra los ojos y deja que vengan las personas a las que has amado y en un momento dado tendrás la impresión de que tu corazón no puede contener tanto amor. Deja que se vaya quien quiere dejarte, pero guarda eso, guarda ese sentimiento, es un regalo que se te dio” o “si hemos integrado toda nuestra dimensión de alma en nuestra estructura encarnada entonces la volvemos real en la Tierra, y a eso se le llama realización”.
Resumen realizado por Adolfo Díaz Ubeda
Más información:
Enlace a la conferencia ‘La Potencia y el Poder al servicio del Ser’
Enlace a información de los seminarios ‘El ciclo del Espíritu’